La Pipa se Lee

Con la llegada de Iván Duque a la presidencia, el acuerdo de paz ha sido hecho trizas: el programa de restitución de tierra no avanza, los líderes sociales son asesinados casi diariamente, la política desarrollista sigue de viento en popa y el odio al pueblo y a la democracia es más que evidente. En la política de la guerra promovida por Iván Duque y el uribismo ha sido protagónico el papel jugado por altos mandos del ejército colombiano.
Después del Acuerdo Paz en Colombia se incrementó exponencialmente la deforestación en el país. Las cifras del Ideam evidencian que entre octubre y diciembre de 2018 se tumbaron aproximadamente 43.000 hectáreas de bosque solo en los departamentos de Guaviare (9,8%), Meta (13,1%) y Caquetá (45,9%).

El Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) aprobó dos proyectos, uno de ganadería y uno de sacha inchi que benefician a 41 excombatientes de las Farc-Ep que residen en el departamento del Tolima.
En el Cauca no solo se busca sobrevivir de la pandemia, sino también de la violencia. A pesar de las amenazas, los asesinatos y la pandemia, el Estado colombiano no ha implementado políticas de protección en los territorios de estas comunidades.